Las revoluciones burguesas dieron lugar a un nuevo tipo de estado, conocido como el Estado Liberal (de aquí surge la palabra “liberalismo”).
Por su parte, la aplicación de la máquina en la producción agrícola e industrial significó importantes inversiones de capital.
Liberalismo: Corriente filosófica del siglo XlX que buscaba la libertad del ser humano. Su ideología estaba fuertemente basada en las ideas de La Ilustración. Apoya a la democracia, la libertad, la división de poderes y está en contra del absolutismo y el autoritarismo. Existieron dos ramas del liberalismo:
Liberalismo político
Liberalismo económico
Doctrina que buscaba impulsar el respeto a las libertades ciudadanas e individuales. Apoyaba la libertad de expresión, quería que el país tuviera una Constitución inviolable, una república con democracia y con derecho al voto.
Impulsor: John Locke.
Doctrina que buscaba impulsar el desarrollo económico a través del libre mercado. Buscaba que el estado no interviniera en cuestiones financieras y empresariales del país. Esto permitió una expansión en el mercado industrial a nivel mundial.
Impulsor: Adam Smith.
La burguesía buscó la libertad no como un fin universal, sino como un medio de disfrutar libremente de las riquezas. Para ello propone la libre circulación de las mercancías.
El liberalismo económico provocó la creación de un nuevo sistema económico llamado “capitalismo”. A las personas que tenían trabajadores a su disposición se les empezó a llamar capitalistas.
Con el capitalismo, se conformaron clases sociales como la burguesía y el proletariado.
El afán de los empresarios industriales por obtener mayores ganancias aumentó en forma desmedida, lo cual creó una situación de desigualdad social que afectó al proletariado.
Los obreros tenían que soportar jornadas de trabajo de 12 horas o más en fábricas donde no había medidas de seguridad e higiene, por las cuales se les pagaban salarios extremadamente bajos. Esto provocó que el proletariado organizara un extenso movimiento para mejorar su nivel de vida y sus condiciones laborales (cartismo).
Socialismo: Sistema que surgió como oposición al capitalismo, buscaba el acceso al poder como único medio posible para transformar a la sociedad. Se dividió en dos tipos:
Buscaba la transformación social a través de medios pacíficos.
Impulsor: Robert Owen.
Fue el primer grupo de ideas socialistas. Buscaba que todos tuvieran la misma igualdad y voluntad, además de eliminar las clases sociales llevadas a cabo por la burguesía. Proponían una nueva organización económica y social que fuera más humanizada y equitativa en beneficio de la sociedad.
Cooperativismo: Movimiento social propuesto por el socialismo utópico que define la cooperación de sus integrantes en el rango económico y social como medio para lograr que sus asociados, integrados en asociaciones denominadas cooperativas, obtengan un beneficio mayor para la satisfacción de sus necesidades. Tiene como base las sociedades mutualistas y las Trade Unions.
Lucha contra el mal funcionamiento del capitalismo.
Impulsores: Karl Marx y Engels.
Pretendía ofrecer un método científico para analizar el desarrollo de las sociedades a lo largo de la historia. Buscó eliminar la propiedad privada, además de instaurar la dictadura del proletariado.
Además, apoyó la lucha entre clases sociales, así como la distribución de los bienes equitativamente.
Al mismo tiempo que las revoluciones liberales provocaron la caída del antiguo régimen y abrieron camino para el nacimiento de repúblicas basadas en la soberanía popular, surgieron posiciones conservadoras que se opusieron al liberalismo.
Una vez derrotado Napoleón, las potencias vencedoras (Inglaterra, Austria, Rusia y Prusia) se reunieron en el Congreso de Viena.
Congreso de Viena: Celebrado en junio de 1815, tuvo como principal objetivo la restauración del antiguo régimen en Francia.
La Restauración se fundamentaba en tres principios básicos:
Legitmidad: Restauró el poder a los monarcas destronados por Napoleón.
Compensación: Ciertos países recibieron territorios como retribución a las pérdidas.
Equilibrio de poder: Para impedir que una nación llegara a ser tan poderosa y amenazante.
Santa Alianza
En el Congreso de Viena, las potencias conservadoras de Austria, Prusia y Rusia fundaron la Santa Alianza, a la cual se adhirieron España y Portugal a favor del orden absolutista.
Objetivo: Defender al absolutismo y atacar las ideas liberalistas (constitucionalistas).
Las revoluciones de 1820 surgieron como reacción a la Restauración, que se produjo como consecuencia de la derrota de la Francia revolucionaria, y que suponía el restablecimiento del Antiguo Régimen. Posteriormente, se dieron otros movimientos de revolución:
Con esta revolución resurgieron las ideas de tipo liberal, lo cual provocaron la caída de Carlos X y el establecimiento de un régimen llamado monarquía burguesa.
Esta revolución propició levantamientos en los Países Bajos, Prusia, Austria y Polonia.
Esta revolución enarboló las demandas sociales del proletariado y del pueblo en general, que apoyó a Luis Napoleón Bonaparte, quien asumió el poder y fundó la Segunda República.
Los burgueses, que temían al movimiento obrero, se apartaron de las ideas liberales.
Nacionalismo: Fue un sentimiento de patriotismo y lealtad que tenían los individuos para con su país de origen. Se desarrolló en Europa a raíz de la Revolución Francesa.
Una persona nacionalista exalta las virtudes de su país, suelen colocar los intereses de su país por encima de las demás naciones.
Consecuencias
Surgimiento del nacionalismo exacerbado en Europa a finales del siglo (XlX); comenzando en Francia, Inglaterra y Alemania.
Los políticos, periodistas y medios de comunicación se volvieron nacionalistas.
La población se volvió nacionalista, ya no veían las fallas de su propia nación y únicamente se dedicaban a criticar a otros países.
Las agitaciones nacionalistas, reprimidas en Alemania e Italia desde las revoluciones de 1830 y 1848, conducirían, años más tarde, a los procesos de unificación de estos países, los cuales finalmente se consolidaron como potencias nacionalistas a partir de 1870.
Desde el Congreso de Viena, en Italia, no habían cesado las propuestas para acabar con el absolutismo y lograr la unidad del país. A principios del siglo XlX, la península italiana estaba dividida en 7 reinos o estados independientes, cada una dominada por el conservadurismo.
Propósito: Buscar la unidad nacional (unir a los 7 estados en un solo país) y desterrar del territorio italiano a Austria.
El proceso tuvo varios intentos de unificación, uno en 1830 y otro en 1848, pero todos fueron abatidos por el dominio austriaco.
El movimiento de unificación italiana tuvo las siguientes etapas y personajes:
Objetivos: Expulsar a Austria.
Personajes: Víctor Manuel II de Cerdeña, G Garibaldi.
Los carbonarios: En 1820 se creó en el entonces reino de Italia una sociedad o ejército llamado “Los carbonarios”, quien comenzó con un movimiento nacionalista a favor de Italia.
Proceso de unificación: En 1859 comenzó el proceso de unificación al mando de Víctor Manuel II (último rey de Cerdeña, uno de los 7 estados de Italia). El proceso inició cuando Francia, aliada a Italia, le declaró la guerra a Austria.
Giusseppe Garibaldi: Apoyó al proceso de unificación italiana. Dirigió la lucha en Nápoles y Sicilia, recuperando dichos territorios. Ambos territorios se anexaron al reino de Italia.
Derrota de Austria: Para 1866, con ayuda de los carbonarios, Austria fue derrotada y obligada a firmar el Tratado de Zurich, mediante el cual cedió el territorio de Lombardía. Este mismo año, Venecia se incorporó al territorio italiano.
División de Italia: Italia quedó separada en dos regiones, la norte, en torno a Cerdeña, y la sur, cuya capital (Roma) estaba gobernada por el papa Pío IX.
Unificación: Para 1871, Italia logró la unidad nacional al unirse los 7 estados en uno solo. Ese mismo año, las tropas de Víctor Manuel II ocuparon la ciudad de Roma y la proclamaron como la capital del país.
A la derrota de Napoleón Bonaparte, el Congreso de Viena dividió el territorio alemán en 39 estados, bajo la tutela de Austria.
El proceso de unificación partió, en lo económico, de la iniciativa de Prusia, la más industrializada de las naciones germanas, quien en 1839 organizó la unión aduanera (Zollverein), la cual abarcaba a todos los estados alemanes, excepto Austria.
Alemania logró su unificación mediante tres guerras:
Guerra de los ducados (1864): Fue una guerra entre Prusia y Dinamarca. Su propósito era recuperar los dos ducados, que estaban en poder de Dinamarca. Austria y Prusia lograron derrotar a Dinamarca.
Guerra austro-prusiana (1866): Su propósito fue expulsar a Austria, para lograrlo, fue importante la alianza entre Prusia y Cerdeña (territorio italiano). Prusia logró anexarse al territorio alemán.
Guerra franco-prusiana (1870-1871): Se dio debido a la disputa de los territorios de Alsacia y Lorena. Francia se opuso a que un príncipe alemán ocupara el trono de España, lo que llevó a la guerra. Francia, comandada por Napoleón lll, fue derrotada en la batalla de Sedán por Prusia.
Guillermo l de Prusia fue coronado en 1871, en el Palacio de Versalles, como emperador de todos los alemanes. Con este hecho, Alemania se organizó como monarquía constitucional. Tras la unificación, Alemania hizo nuevos y rápidos progresos económicos
A finales del siglo XlX, el colonialismo había desaparecido gracias a los movimientos liberales y nacionalistas. Europa se encontraba atravesando una crisis económica debido a la falta de mercado (deficiencia de recursos naturales y fuentes de energía). Es así como surgió un nuevo sistema político y económico conocido como el imperialismo.
Imperialismo: es un sistema político-económico que surgió en la segunda mitad del siglo XIX con base en la Segunda Revolución Industrial, caracterizada por una transformación científica y tecnológica. La rivalidad económica entre las principales naciones europeas se agudizó, sobre todo en la búsqueda de abrir nuevos mercados para sus productos.
Características del imperialismo
Fue la forma de gobierno en donde las potencias militares (países desarrollados) se apoderaron de países menos desarrollados, pero ricos en recursos naturales.
Expansión del capitalismo que surgió a partir de la Segunda Revolución Industrial.
Los países más desarrollados buscaron nuevas formas de energía, recursos naturales y mano de obra barata.
Se promovieron ideas racistas de superioridad, las cuales argumentaban que ciertas razas estaban predestinadas a dominar a otras, lo que se usó para validar la conquista y el control colonial.
Propósito: La expansión territorial de las potencias, los países querían invadir a otros para extender sus territorios y quedarse con sus materias primas.
Recordemos que en 1760 se dio la primera revolución industrial en Inglaterra, al mando del sistema capitalista. Al término de esta revolución, Inglaterra terminó con grandes avances científico tecnológicos. Esto llevó a que todos los demás países se preguntaran cuándo van a avanzar ellos también en la parte industrial. Con esto, se inició una nueva revolución científico-tecnológica.
Características de la revolución científico-tecnológica
El resto de países europeos avanzaron en sus industrias para no quedarse atrás. Eso llevó a la aparición de nuevas industrias.
Emplearon novedosas fuentes de energía como petróleo y electricidad.
Creciente desarrollo tecnológico y la integración de trusts que comenzaban a generar mercados monopólicos de bienes en Alemania, Estados Unidos y Japón.
Con el propósito de tener más poder y dominio, los países más desarrollados e industrializados buscaron lo siguiente.
Conseguir materias primas y fuentes de energía en otros países.
Conseguir mano de obra barata en otros países.
Expansión del mercado mundial para generar riqueza.
Las invenciones correspondientes a este periodo transformaron 3 sectores industriales: metalurgia, industria química y energía.
Su descubrimiento fue de suma importancia tanto para la producción fabril como para el transporte.
Segunda fuente de energía más importante, al sustituir al carbón como fuerza motriz en la máquina de vapor y permitir la introducción del motor de explosión interna.
Las comunicaciones y los transportes se vieron favorecidos por la invención del teléfono, el telégrafo y la radio, que hicieron posible la comunicación a larga distancia.
Trust: Fueron agrupaciones de empresas que abarcaban todo un proceso productivo, desde la materia prima hasta la comercialización. Los trust se concentraron en países como Alemania, Japón y Estados Unidos.
Para finales del siglo XIX, las potencias emprendieron una acelerada expansión territorial con el fin de garantizar el abasto de materias primas, fuentes de energía y dominar nuevos mercados.
Las economías capitalistas entraron en un proceso de concentración monopolista. Con el desarrollo del monopolio capitalista, se produjo una división internacional del trabajo.
La división internacional del trabajo separó la economía mundial en 2 grandes sectores (dependiente uno del otro):
Países dominantes (metrópolis): Considerados como el centro del sistema, estos países comenzaron a repartirse el mundo entre ellos.
Países pobres: Países tecnológicamente atrasados que constituían la periferia, pero poseían los recursos naturales tan necesarios para las economías capitalistas.
Como consecuencia, las principales naciones europeas buscaron abrir nuevos mercados para sus productos y controlar al mismo tiempo fuentes de materias primas en Asia, África y Oceanía, con lo cual surgió el llamado imperialismo económico.
Europa: Francia, Inglaterra, Alemania, Italia.
Norteamérica: Estados Unidos.
Ásia: Japón y Rusia.
Características potencias imperialistas
Autosuficiencia económica, científica y tecnológica.
Necesidad de colonias para garantizar materia prima y fuerza de trabajo.
Control de sitios estratégicos para el comercio y de productos estratégicos (petróleo, metales).
Rivalidades comerciales y políticas entre las potencias (carrera armamentista).
La expansión imperialista de Europa, en el último tercio del siglo XlX, llevó a que las potencias europeas, junto con Estados Unidos y Japón, colonizaran gran parte de África, Asia y Oceanía.
Conferencia de Berlín: Fue un conjunto de reuniones que se llevaron a cabo entre 1884 y 1885, en las que se establecieron reglas para la ocupación del continente africano por parte de las potencias europeas. Justificó la expansión colonial europea y el reparto de África en el siglo XlX.
En África, Inglaterra ocupó las provincias de Egipto, Nigeria y El Cabo. En Asia, se impuso en la India, Hong Kong y Singapur. Las colonias de Oceanía (Austrialia y Nueva Zelanda) pasaron a ser sus dominios entre 1900 – 1910.
En África, Francia ocupó Argelia, Marruecos, Sudán y Madagascar. En Asia, ocupó Indochina. En oceanía, ocupó únicamente Tahití.
Invadió Camerún, Togo, Namibia y Tanzania. En oceanía, se apropió de las Islas Salomón y las Islas Palau.
Empezó su expansión antes del siglo XlX, por lo que para 1850 ya había conquistado Cáucaso, Finlandia, Siberia, Turquestán, Irán y Fergana.
El crecimiento de Estados Unidos fue extraordinario, convirtiéndose en una de las mayores concentraciones de poder económico y militar. A principios del siglo XX, en Estados Unidos se encontraban las concentraciones industriales más grandes, así como el sistema bancario y comercial más sólido del mundo.
Tras la guerra civil de 1861, los estadounidenses conformaron una federación. El país tendió a la industrialización, la explotación de los recursos naturales, la mecanización del trabajo del campo, el incremento de ciudades, comercios y almacenes y surgió como una nación poderosa dentro del continente americano.
La expansión extra-continental se dio a finales del siglo XIX y llevó a los norteamericanos a trascender los límites del continente americano para adquirir territorios alejados como Hawai, Guam y Filipinas.
Mucho antes del imperialismo europeo y, tras conocer los intereses de España, Francia, Inglaterra y Rusia sobre los países del continente americano, en 1823 el presidente James Monroe lanzó un mensaje por parte de Estados Unidos en oposición al imperialismo, conocido como Doctrina Monroe.
Sin embargo, esto en realidad solo era una invasión disfrazada de apoyo, pues tomó el control de México, Panamá y América del Sur.
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