BASURA ESPACIAL
[1] El 10 de septiembre de 2009 a las 15:02, hora universal, se publicó el reporte diario de SOCRATES, servicio informático de localización de objetos que se encuentran en órbita alrededor de nuestro planeta. El informe anunciaba que el Iridium 33, satélite de telecomunicaciones estadounidense en activo, pasaría a 584 metros del satélite militar ruso Kosmos 2251, que estaba fuera de servicio desde 1995. Ambos se movían a unos 790 kilómetros de altitud. Durante la semana anterior, SOCRATES había pronosticado algo similar en diversos reportes, pero no se trataba de situaciones alarmantes. De hecho, en cada uno de esos informes se anunciaban por lo menos otros 10 encuentros cercanos más peligrosos en los que no pasó nada. Sin embargo, ese día ocurrió lo peor: apenas unas horas más tarde, en el momento de la máxima aproximación, los operarios del satélite perdieron contacto con el Iridium 33. Poco después se detectó una nube de fragmentos en las órbitas donde deberían haber estado ambos satélites. La conclusión era evidente: los cálculos habían fallado y los satélites habían chocado de lleno a gran velocidad. Los 690 kilogramos del Iridium 33 y los 900 del Kosmos 2251 se transformaron en más de 2000 fragmentos de un tamaño superior a 10 centímetros, junto con cientos de miles de piezas más pequeñas.
[2] El desafortunado accidente de estos dos satélites empeoró notablemente el estado de las órbitas de los satélites artificiales, ya de por sí bastante congestionadas. Desde el 4 de octubre de 1957, cuando la Unión Soviética lanzó al espacio el Sputnik 1, se han puesto en órbita cerca de 7 000 satélites artificiales. La mayoría se destruyeron al reingresar en la atmósfera una vez terminada su vida útil. Pero muchos otros siguen en órbita pese a llevar años sin funcionar. Es el caso del Vanguard I, satélite lanzado por Estados Unidos en 1958 y que operó hasta 1964. Este satélite lleva casi medio siglo sin control, lo que lo convierte en el artefacto inactivo más antiguo que orbita nuestro planeta. Y si nada lo remedia, seguirá ahí al menos otros 200 años.
[3] Tanto el Vanguard I como el resto de los satélites inactivos forman lo que se conoce como basura espacial, es decir, objetos artificiales desactivados en órbita alrededor de la Tierra. Además de satélites, la basura espacial también incluye etapas de cohetes que quedaron en el camino y fragmentos generados por las explosiones o las colisiones entre artefactos. Incluso los astronautas han contribuido a ensuciar el espacio inmediato a nuestro planeta al perder durante sus paseos espaciales objetos como bolígrafos, guantes, cepillos de dientes, bolsas de basura, un par de cámaras y hasta una mochila con herramientas.
[4] Estas piezas de basura espacial, que son de lo más variado, se suelen clasificar según su tamaño o, mejor dicho, según nuestra capacidad de detectarlos. Con radares y telescopios podemos localizar de forma bastante precisa fragmentos mayores de 10 centímetros (el tamaño de una pelota de béisbol). Los últimos datos recopilados por la NASA indican a que existen más de 22000 piezas así. Además, puede haber hasta 500000 trozos de basura espacial de entre uno y 10 centímetros, los cuales son muy difíciles de rastrear. Y se calcula que el número de esquirlas de menos de un centímetro, completamente invisibles para nosotros, puede ser de varios millones. En total, se estima que todos los fragmentos juntos suman más de 6000 toneladas de chatarra.
[5] El problema de la basura espacial no es sólo una cuestión de cantidad. Toda esta chatarra da vueltas a nuestro planeta a enormes velocidades, cercanas en algunos casos a los 30000 kilómetros por hora. Si uno de esos fragmentos, por muy pequeño que sea, impacta contra un satélite o una nave, puede dañar su cubierta exterior o inutilizar los sistemas de comunicación. También puede perforar el traje de un astronauta que esté realizando un paseo espacial, poniendo en peligro su vida. Todo esto supone un serio riesgo para las misiones espaciales, tanto actuales como futuras.
Fragmento adaptado de Martín Reina, D. (2015), “Basura espacial”, ¿Cómo vez?, 170, Recuperado el 20 de Noviembre de 2015.
0 of 8 Preguntas completed
Preguntas:
Ya has completado el cuestionario anteriormente. Por lo tanto no puedes iniciarlo de nuevo.
Cargando Cuestionario…
Debes iniciar sesión o registrarte para empezar el cuestionario.
En primer lugar debes completar esto:
0 de 8 Preguntas respondidas correctamente
Tu tiempo:
El tiempo ha pasado
You have reached 0 of 0 point(s), (0)
Earned Point(s): 0 of 0, (0)
0 Essay(s) Pending (Possible Point(s): 0)
1. Si nada lo remedia, el Vanguard 1, satélite lanzado por Estados Unidos en 1958, seguirá dando vueltas al planeta al menos ____ años.
2. En la oración “El informe anunciaba que el Iridium 33, satélite de telecomunicaciones estadounidense en activo, pasaría a 584 metros del satélite militar ruso Kosmos 2251, que estaba fuera de servicio desde 1995”. __________ es el verbo de la oración principal.
3. ¿Cuál es la función del lenguaje en esta lectura?
4. El Vanguard 1, satélite lanzado por Estados Unidos en 1958, lleva sin control casi ____ años.
5. ¿Cuál es el tipo de texto en esta lectura?
6. ¿Cuál es la idea principal de la lectura?
7. ¿Por qué en el texto la palabra SOCRATES se escribe con mayúscula?
8. “Desde el 4 de Octubre de 1857, cuando la Unión Soviética lanzó al espacio el Sputnik 1, se han puesto en orbita cerca de 7000 satélites artificiales”. Esto significa que: